Es un lugar común decir que en un momento dado, la universidad abre sus puertas para iniciar un nuevo período o ciclo académico. Como todo lugar común es inexacto: la universidad es siempre un lugar abierto, de encuentro, de acogida académica y humana para estudiantes y profesores gracias al apoyo de trabajadores y de autoridades. Cada semestre se abren de nuevo los ciclos académicos y en los períodos de vacaciones, la institución no cierra sus puertas: abre cursos de invierno y analiza en reuniones de trabajo la actualización de los saberes y sobre todo la forma de transmitirlos. Tiempo de identidades múltiples, el profesor universitario es un artista que debe asumir varios papeles en la cátedra, en su oficina, en los laboratorios, en el diálogo con sus pares y con la sociedad, en la soledad de su mesa de trabajo. Debe motivar y no imponer, convencer y no amedrantar, desarrollar en el estudiante la aptitud para hacer preguntas y no para esperar cómodamente respuestas. Y sobre todo conducir a quienes asisten a sus clases a adoptar un solo compromiso: el de realizar su proyecto de vida por el cual han elegido la UEES como su universidad.

Se ha dicho que uno de los problemas de nuestra sociedad es que la gente y no solo los jóvenes, reclaman exclusivamente derechos pero no son conscientes de sus deberes ni les interesa serlo. Es un problema de los países occidentales donde se está produciendo desde hace tiempo lo que se llama “la muerte del padre”, es decir la desaparición o disolución de toda autoridad, comenzando por supuesto por la emblemática, la del padre. De ahí el miedo de muchas personas que tienen autoridad a recordar la existencia de normas, de obligaciones, de respeto a las reglas de juego. Así muchos padres de familia se autodefinen como amigos de los hijos y se declaran por ello incapaces de ejercer autoridad. O profesores que se malentienden a sí mismos como meros facilitadores de saberes.

En el caso de la docencia, este malentendido se inscribe dentro de la concepción de que la enseñanza es mera transmisión de contenidos. Declararse nada más que facilitador es la última versión de un modelo que ya no es viable en una época de interacción permanente como la nuestra, más todavía cuando están disponibles cada vez en mayor cantidad y calidad, dispositivos que reemplazan a la inteligencia humana y sobre todo le permiten ahorrar tiempo para entender mejor la compleja realidad. El problema actual del docente no es dar información. Es saber organizarla porque eso es lo que debe hacer cotidianamente el estudiante para orientarse en su vida. Es lo que hará cuando se convierte en graduado en el desempeño de su trabajo profesional que le obligará a ser inventivo, innovador, creador. Pero solo se es inventivo en un diálogo permanente.

La universidad como lugar para el desarrollo del proyecto de vida de cada uno de los estudiantes que asisten al campus, sea el presencial como el virtual, exige por tanto derechos y obligaciones. Afirmar los diferentes proyectos de vida, ayudar a que los estudiantes los vean cada vez más claros dentro de las materias de sus carreras y en la terminación de las mismas, es el pacto de base que nos comprometemos. Pero no solo en ellas: la universidad abre diferentes foros, actividades, invitaciones a líderes del pensamiento político, cultural, intelectual que son tan formativos como las clases.

Solo así tiene sentido la frase de que el estudiante sea centro del proceso de aprendizaje: lo que se trata es de hacer crecer y desarrollar las capacidades y habilidades de quienes estudian para construir su proyecto de vida. Desde esta visión del siglo XXI no tiene sentido buscar por ejemplo aprobar con la mínima nota, buscar subterfugios para la ignorancia de las normas con el fin de rehuir responsabilidades o recurrir al recurso de la copia.

El método de casos, método que se ha comenzado a implementar cada vez más, es un típico modelo de aprendizaje entendido dentro del proyecto de vida. Para participar en la clase-discusión, el estudiante, debe conocer el estado de la cuestión que se va a tratar y de ahí en adelante participar en un ejercicio de preguntas y respuestas. Se combinan así los conocimientos teóricos que son indispensables para definir claramente lo que se busca con las decisiones que hay que tomar.

Todo comienzo es un recomienzo entonces. No solo para los que por primera vez ingresan a la UEES sino para los que van a nuevas materias y a nuevos semestres. Que la capacidad de sorpresa, de admiración, de pregunta fecunde la construcción de nuestros proyectos de vida. Para todos quienes participamos en esta construcción, una oportunidad de enriquecimiento y de sentido.

El Rector

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Un Comentario Bienvenidos a la UEES

  • Silvia -

    Me encanta la universidad Felicitaciones

Servir a la sociedad mediante la generación de entornos de aprendizaje para la formación integral de personas que, a través de la docencia, investigación y vinculación, contribuyan al desarrollo del país.
La UEES se visualiza como un centro de docencia, investigación y orientación que aporta alternativas para el desarrollo del país.